Briñas ha sido desde la más remota antigüedad cruce de caminos y lugar de paso por las Conchas de Haro hacia el Pais Vasco y Europa; y por ello, lugar de posada y cobijo de viajeros. Ya, en 1653, el reciente Concejo Briñas creado en 1632; inicia las obras de construcción del edificio del Mesón y de la Carnicería, que serviría también como casa Consistorial y que hoy se conserva en la sede del Ayuntamiento, constaba de planta baja y primer piso, al que posteriormente se añadió un segundo más.
Siguiendo con esta tradición de servicio de hospedaje de viajeros, nuestra Casa Rural, Casa de Legarda; apellido en Briñas con 400 años de tradición, es un edificio de cuatro plantas (baja, primera, segunda y ático; que fueron construidos en distintas épocas: la baja y la primera, pertenece al conjunto del Palacio Renacentista que abarca desde el nº 21 al 9 de la Calle Real que según José Mª Oria Rueda en su estudio "Labras heráldicas Riojanas" (Berceo nº 76 pág.289-318, Logroño 1965) perteneció a la familia de los García Muruzábal de Briñas; conservándose una inscripción de 1634; y arco y adornos en fachada del siglo XVII. La planta segunda y el ático fueron construidos a finales de XVIII o principios del XIX, su fijación de altura es similar al del edificio de enfrente que data de 1782.
En el plano referido a Briñas de 1797 del trabajo "Haro y sus Contornos" realizado por M. Hermosilla, M. Zapino y Jose Morete; figura ya nuestra Casa Rural; como parte del conjunto artístico de la mencionada localidad y que hoy se conserva su parte central en toda su integridad. También en el Registro de la Propiedad con fecha 26 de Octubre de 1864; figura inscrita la propiedad con el numero de finca 83, descrita de la siguiente forma:"…consta de piso bajo, principado y segundo, de fachada hasta la mitad en construcción de piedra de sillería hasta el segundo piso y de ladrillo lo restante, pared de testero de mampostería cal y canto, componiendo la madera pino y roble".
La Rehabilitación de este edifico se ha realizado conforme a la anterior descripción; su fachada en su segundo piso estaba cubierta con una gruesa capa de cal y arena, que ha permitido conservar el ladrillo galletero original de más de 200 años y descubrirlo en la actualidad; así como la mayor parte de las vigas, de noble madera. El esfuerzo considerable (tanto económico, como laboral) que se ha realizado por preservar el conjunto original, nos hace amantes de un filosofia de tradición y de renovación, que nos ha permitido crear un producto de valor añadido. Por ello nos complace anunciar; que los elementos que componen la Casa se han conservado en toda originalidad inicial, fieles a nuestra manera de entender la vida: la perduración de nuestro patrimonio, con las comodidades de nuestro tiempo.